sábado, 23 de junio de 2012

Capítulo 5


Perdonad mi ausencia, tributos! Aquí os dejo por fin el Capítulo 5 :)



Miércoles, 10 de junio. Año 69 después de los Días Oscuros.

Llevábamos más de una semana sin poder salir de casa, pero hoy por fin se ha levantado el toque de queda.
Hemos vuelto a la escuela, y durante la primera clase han irrumpido tres agentes de la paz para informarnos de los sucesos. Al parecer, la semana pasada se incendió el orfanato de la Veta por un accidente con un candelabro, y ha habido varios muertos. A las autoridades les ha llevado bastante tiempo retirar escombros e identificar los cuerpos, y por eso se decretó el toque de queda.
Sin embargo a mí no me cuadra nada. Si realmente pasó eso, con la patrulla de agentes de la paz que normalmente hay en el Distrito hubiese sido suficiente, no eran necesarios esos refuerzos, ni mucho menos un aerodeslizador. Por no hablar del toque de queda…

En cuanto he visto a Madge la he abordado. Seguro que ella se ha enterado de algo más por su padre. Al principio solo me ha repetido la “versión oficial”, pero sus palabras no sonaban para nada convincentes, así que le he lanzado una mirada llena de significado y me ha preguntado si quería acompañarla a casa después de las clases.

A la salida nos hemos ido juntas con algo de prisa, y hemos dado un pequeño rodeo. Madge vive en el barrio de comerciantes, junto con las otras familias adineradas del Distrito 12, y aunque en esa zona hay menos vigilancia, las precauciones nunca están de más.
Hemos pasado por un callejón que parecía bastante vacío, y nos hemos parado. Ha mirado un par de veces hacia la calle principal y entonces ha empezado a susurrar:

- Es cierto que ha habido un incendio en el orfanato, y que varios de los niños han muerto. Pero – ha vuelto a mirar hacia la calle – no ha sido un accidente.

Madge estaba tan nerviosa que he tenido que tranquilizarla antes de que pudiese seguir hablando.

- Parece ser que unos rebeldes se habían ocultado allí. Debían llevar varios días, pero los niños no habían dicho nada por miedo a que pasara algo como lo del otro día. No sé cómo, pero el Capitolio debe de haber recibido algún tipo de información, y entonces mandaron el aerodeslizador con los refuerzos para intentar cazarles. – me ha mirado llorosa, y ha alzado la voz, que hasta entonces era un suave murmullo - ¡Lo incendiaron ellos, Katniss, al Capitolio le daba igual la vida de los huérfanos! ¡Solo quieren destruir a sus enemigos, no les importa a qué precio!

Me ha sorprendido su reacción. Ciertamente, lo que hace el Capitolio es una injusticia, pero nunca había visto a Madge, habitualmente tan callada y tímida, estallar de esa manera. Ha empezado a sollozar, y solo he podido abrazarla. No he sabido qué decirle. Cuando parecía que se había calmado un poco le he preguntado:

- Pero, ¿por qué lo del toque de queda?

- Supongo que no querían que la gente empezara a especular. Querrían hacer que los hechos fuesen creíbles, y para eso tenían que mantener a la gente alejada de la zona. Además, seguramente hayan estado comprobando que los rebeldes no hayan huido.

- Aún así, más de una semana de toque de queda por un simple incendio creo que no le va a cuadrar a nadie.

- Es igual, Katniss. Después de ver el aerodeslizador seguro que la gente está aterrada y nadie se va a atrever a cuestionarlo.- ha suspirado.

El resto del camino lo hemos hecho en silencio. Cuando hemos llegado a su casa nos hemos despedido, y yo he seguido andando por la plaza, pensando en toda la información que mi cabeza acababa de recibir. Entonces me he parado a pensar en los huérfanos. Esos niños que ya no tienen nada en el mundo. El Capitolio ha castigado su silencio quemando su hogar y despreciando sus vidas. Me pregunto si con eso se ha dado por satisfecho, o volverá a masacrarles de alguna otra forma, sutil pero evidente.
Luego está el tema de los rebeldes. Creía que ya no existían, que con los Días Oscuros la gente había agachado las orejas y prefería callar como mal menor. Pero parece ser que me equivocaba. Todavía hay gente dispuesta a desafiar al poder, y el Capitolio lo sabe (de lo contrario, no estarían buscándolos).

Sumida en mis pensamientos he llegado a casa. Mi madre miraba la tele, sin ver. Estaban retransmitiendo la final de los Juegos del año pasado: el chico que finalmente ganó golpeaba en la nuca con un extraño artilugio de metal a la tributo del distrito 4, hasta que ésta dejó de moverse. He apartado la mirada, horrorizada. Mi madre se ha dado la vuelta hacia mí, y con una mirada apenada ha dicho:

- ¿Os lo han contado? Pobres huérfanos. Pero los accidentes no se pueden controlar…

Entonces me he tenido que morder la lengua, recordando lo que hace unos días me dijo mi padre. No puedo volver a hablar mal del Capitolio, podrían interceptar la conversación. Así que simplemente he asentido, y me he ido a mi habitación. Prim estaba sentada encima de su cama, mirando por la ventana. Me he sentado junto a ella, y me ha empezado a contar que tres de los niños muertos durante el incendio estaban en su curso. Solo he podido darle un abrazo para consolarla.
Es increíble la facilidad con la que el Capitolio maneja nuestras vidas, las de los habitantes de todo Panem. Al menos la noticia no ha tenido repercusión en el resto del país, ya que no se ha mencionado nada durante la programación televisiva.

Puede que desde el Capitolio se den por satisfechos de momento; sin embargo, algo me dice que nunca van a estarlo del todo.



6 comentarios:

  1. Está muy bien el capítulo Kationak, estoy deseando saber que más pasará!!
    :D

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    1. Muchas gracias!! ^^
      a ver si puedo subir el 6 en el fin de semana

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  2. Me he a encantado el capitulo Kationak, no pense que pudieran estar los rebeldes en el orfanato! Jjijiji quiere leer el siguiente capitulo!

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  3. Me encanta el capitulo!!! Escribes genial, sigue escribiendo asi =)

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    1. muchas gracias, de verdad! :)
      me anima mucho que me digais estas cosas!! ^^

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