Perdonad mi ausencia, tributos! Aquí os dejo por fin el Capítulo 5 :)
Miércoles,
10 de junio. Año 69 después de los Días Oscuros.
Llevábamos
más de una semana sin poder salir de casa, pero hoy por fin se ha levantado el
toque de queda.
Hemos vuelto a la escuela, y durante la primera clase han irrumpido
tres agentes de la paz para informarnos de los sucesos. Al parecer, la semana
pasada se incendió el orfanato de la Veta por un accidente con un candelabro, y
ha habido varios muertos. A las autoridades les ha llevado bastante tiempo
retirar escombros e identificar los cuerpos, y por eso se decretó el toque de
queda.
Sin embargo
a mí no me cuadra nada. Si realmente pasó eso, con la patrulla de agentes de la
paz que normalmente hay en el Distrito hubiese sido suficiente, no eran
necesarios esos refuerzos, ni mucho menos un aerodeslizador. Por no hablar del
toque de queda…
En cuanto
he visto a Madge la he abordado. Seguro que ella se ha enterado de algo más por
su padre. Al principio solo me ha repetido la “versión oficial”, pero sus
palabras no sonaban para nada convincentes, así que le he lanzado una mirada
llena de significado y me ha preguntado si quería acompañarla a casa después de
las clases.
A la
salida nos hemos ido juntas con algo de prisa, y hemos dado un pequeño rodeo. Madge
vive en el barrio de comerciantes, junto con las otras familias adineradas del
Distrito 12, y aunque en esa zona hay menos vigilancia, las precauciones nunca están
de más.
Hemos pasado
por un callejón que parecía bastante vacío, y nos hemos parado. Ha mirado un
par de veces hacia la calle principal y entonces ha empezado a susurrar:
- Es cierto
que ha habido un incendio en el orfanato, y que varios de los niños han muerto.
Pero – ha vuelto a mirar hacia la calle – no ha sido un accidente.
Madge estaba
tan nerviosa que he tenido que tranquilizarla antes de que pudiese seguir
hablando.
- Parece
ser que unos rebeldes se habían ocultado allí. Debían llevar varios días, pero
los niños no habían dicho nada por miedo a que pasara algo como lo del otro
día. No sé cómo, pero el Capitolio debe de haber recibido algún tipo de información,
y entonces mandaron el aerodeslizador con los refuerzos para intentar cazarles.
– me ha mirado llorosa, y ha alzado la voz, que hasta entonces era un suave
murmullo - ¡Lo incendiaron ellos, Katniss, al Capitolio le daba igual la vida
de los huérfanos! ¡Solo quieren destruir a sus enemigos, no les importa a qué
precio!
Me ha
sorprendido su reacción. Ciertamente, lo que hace el Capitolio es una
injusticia, pero nunca había visto a Madge, habitualmente tan callada y tímida,
estallar de esa manera. Ha empezado a sollozar, y solo he podido abrazarla. No he
sabido qué decirle. Cuando parecía que se había calmado un poco le he
preguntado:
- Pero,
¿por qué lo del toque de queda?
- Supongo
que no querían que la gente empezara a especular. Querrían hacer que los hechos
fuesen creíbles, y para eso tenían que mantener a la gente alejada de la zona. Además,
seguramente hayan estado comprobando que los rebeldes no hayan huido.
- Aún así,
más de una semana de toque de queda por un simple incendio creo que no le va a
cuadrar a nadie.
- Es igual,
Katniss. Después de ver el aerodeslizador seguro que la gente está aterrada y
nadie se va a atrever a cuestionarlo.- ha suspirado.
El resto
del camino lo hemos hecho en silencio. Cuando hemos llegado a su casa nos hemos
despedido, y yo he seguido andando por la plaza, pensando en toda la información
que mi cabeza acababa de recibir. Entonces me he parado a pensar en los huérfanos.
Esos niños que ya no tienen nada en el mundo. El Capitolio ha castigado su
silencio quemando su hogar y
despreciando sus vidas. Me pregunto si con eso se ha dado por satisfecho, o
volverá a masacrarles de alguna otra forma, sutil pero evidente.
Luego está
el tema de los rebeldes. Creía que ya no existían, que con los Días Oscuros la
gente había agachado las orejas y prefería callar como mal menor. Pero parece
ser que me equivocaba. Todavía hay gente dispuesta a desafiar al poder, y el
Capitolio lo sabe (de lo contrario, no estarían buscándolos).
Sumida en
mis pensamientos he llegado a casa. Mi madre miraba la tele, sin ver. Estaban retransmitiendo
la final de los Juegos del año pasado: el chico que finalmente ganó golpeaba en
la nuca con un extraño artilugio de metal a la tributo del distrito 4, hasta
que ésta dejó de moverse. He apartado la mirada, horrorizada. Mi madre se ha
dado la vuelta hacia mí, y con una mirada apenada ha dicho:
- ¿Os lo
han contado? Pobres huérfanos. Pero los accidentes no se pueden controlar…
Entonces
me he tenido que morder la lengua, recordando lo que hace unos días me dijo mi
padre. No puedo volver a hablar mal del Capitolio, podrían interceptar la conversación.
Así que simplemente he asentido, y me he ido a mi habitación. Prim estaba
sentada encima de su cama, mirando por la ventana. Me he sentado junto a ella,
y me ha empezado a contar que tres de los niños muertos durante el incendio
estaban en su curso. Solo he podido darle un abrazo para consolarla.
Es increíble
la facilidad con la que el Capitolio maneja nuestras vidas, las de los
habitantes de todo Panem. Al menos la noticia no ha tenido repercusión en el
resto del país, ya que no se ha mencionado nada durante la programación televisiva.
Puede que
desde el Capitolio se den por satisfechos de momento; sin embargo, algo me dice
que nunca van a estarlo del todo.
Está muy bien el capítulo Kationak, estoy deseando saber que más pasará!!
ResponderEliminar:D
Muchas gracias!! ^^
Eliminara ver si puedo subir el 6 en el fin de semana
Me he a encantado el capitulo Kationak, no pense que pudieran estar los rebeldes en el orfanato! Jjijiji quiere leer el siguiente capitulo!
ResponderEliminarmuchisimas gracias!! :)
EliminarMe encanta el capitulo!!! Escribes genial, sigue escribiendo asi =)
ResponderEliminarmuchas gracias, de verdad! :)
Eliminarme anima mucho que me digais estas cosas!! ^^