Lunes, 20 de
julio. Año 69 después de los Días Oscuros
“Debido a las
obras que se van a llevar a cabo en el centro del Capitolio, nos hemos visto
obligados a reajustar los presupuestos destinados a la manutención de algunos
Distritos. La entrada de productos manufacturados se verá restringida hasta
nuevo aviso. La relación de Distritos afectados es la siguiente:
·
Distrito 7: se controlará la
entrada de textiles, grano, productos cárnicos, vegetales y combustible
·
Distrito 8: la entrada de
maderas, grano, alimentos de origen natural y vegetal, y combustibles será
limitada
·
Distrito 9: limitaciones en la importación
de maderas, textiles, carnes y vegetales
·
Distrito 10: reducción de los
intercambios con maderas, tejidos, grano y productos agrícolas, y carbón.
·
Distrito 11: no se permite el
consumo de maderas, textiles, carnes no procedentes del Distrito, o
combustibles
·
Distrito 12: prohibida la
entrada, venta o intercambio de productos madereros, textiles, carnes y productos
agroalimentarios.
Los agentes de la
paz destinados en cada Distrito se encargarán de realizar un control exhaustivo
sobre todo elemento sospechoso. Las vías de comunicación permanecerán cerradas
temporalmente, y las alambradas que delimitan las poblaciones tendrán un extra
de vigilancia”.
Las palabras
del Presidente Snow retumban en cada resquicio de mi mente. ¿Pequeños cambios?
¡El Distrito 12 está prácticamente condenado a una supervivencia extrema! De por
sí, las manufacturas que recibíamos de otros Distritos dedicados a otras
actividades llegaban a cuentagotas… no sé cómo va a terminar esto.
Se suma
el agravante de que el 12 no produce ningún tipo de alimentos. Sí que es cierto
que hay cabras que pueden proporcionar leche y carne, o gallinas que también
pueden dar algo de juego, pero ni por asomo van a ser suficientes para toda la población
del Distrito. Los distritos dedicados a ganadería, agricultura o grano lo
tienen más fácil…
Por no
hablar del extra de vigilancia. ¿Cómo se supone que vamos a salir a cazar furtivamente?
¿Qué pasará en el Quemador?
¿Y por
qué solo los Distritos periféricos se ven afectados? Es una locura. Todo esto
es solo para favorecen que los ciudadanos del Capitolio se hagan un poco más
ricos de lo que ya son.
Con la
noticia de anoche el Distrito 12 ha amanecido silencioso, con aire de desolación,
desesperanza, sin fuerza. Al salir a la calle he visto cómo todo el mundo se
dirigía apresuradamente al Edificio de Justicia para recibir los pocos recursos
que quedaban por repartir. El último cargamento de provisiones que recibiremos
en un tiempo indefinido.
La rabia
se ha apoderado de mí, y un par de lágrimas han rodado por mis mejillas.
Mi madre,
ataviada con su elegante vestido blanco y un bonito sombrero, ha agarrado mi
mano cariñosamente, y no me la ha soltado hasta que hemos llegado al tumulto
que se estaba organizando en la plaza. El Edificio de Justicia se ve a lo
lejos, entre las cabezas de los desconcertados ciudadanos. Se ha mordido el
labio, y nos ha mirado a Prim y a mí.
- Escuchadme,
- parece dudar de lo que va a decir a continuación, pero continúa – tenéis que
llegar hasta las puertas y dar nuestros datos. Os darán un vale para
intercambiarlo por provisiones. Yo os esperaré en el lateral del Edificio,
donde se reparten los alimentos.
La pequeña
Prim parece asustada, y yo me siento abrumada, pero sé que debemos hacerlo si
queremos sobrevivir. Asiento con determinación y tomo la mano de mi hermana.
No es
fácil hacerse paso entre la gente, pero nuestro tamaño hace que sea un poco más
sencillo.
Nunca pensé
que la plaza del Distrito pudiera ser tan grande. Mientras atravieso los huecos
entre centenares de personas, voy dejando atrás los gritos desesperados, los
empujones y pisotones, a la vez que me cercioro de que Prim no me suelta. Después
de diez minutos hemos conseguido llegar hasta las grandes puertas de madera
barnizada. Un enorme agente de la paz nos ha mirado, suspicaz, y nos ha
preguntado:
- ¿Y
vuestros padres?
- Mi
padre está en las minas trabajando – contesto, acalorada – y mi madre… está
atendiendo a gente en la botica.
Lo suelto
todo de un tirón y sin pararme a pensarlo mucho. Nunca se me ha dado bien
mentir, así que he dicho lo primero que se me ha ocurrido. La familia de mi
madre tenía una botica en el barrio de comerciantes, así que no me ha parecido
tan descabellado.
El agente
frunce el ceño, pero no parece querer perder el tiempo con dos niñas pequeñas,
así que nos pregunta:
- ¿Apellido?
- Everdeen,
señor.
- ¿Cuántos
sois en la familia? – musita mientras apunta en su libreta.
- Cuatro.
Mis padres, mi hermana y yo. – sigue escribiendo.
- ¿En
qué zona vivís? – nos mira con algo de confusión. Es normal; yo tengo el
característico aspecto de La Veta, pero mi hermana, con su pelo rubio y sus
ojos azules, parece venir de la familia de comerciantes que era mi madre.
- De La
Veta, señor. – asiente, y escribe las últimas palabras.
- Muy
bien. Pasad por el lateral del Edificio de Justicia para recoger vuestra
atribución. – dice mientras arranca la hoja de la libreta en la que ha estado
apuntándolo todo, y me la tiende.
Sin pensármelo
dos veces, tiro de Prim y salimos corriendo hacia donde hemos quedado con mi
madre. En cuanto nos ve, me lanza una mirada interrogante, y agito el papel en
el aire. Veo cómo suspira aliviada.
Hacemos
una desordenada cola de media hora, y nos llevamos a casa un paquete de grano
de tres kilos, un par de bidones de aceite vegetal y un pequeño bote de
conserva de carne de cerdo. Si lo distribuimos bien quizá logremos salir
adelante sin demasiado sufrimiento.
Hemos hecho
una comida ligera con algo del guiso de pavo que sobró de ayer. A las siete mi
madre ha empezado a improvisar algo para la cena, y mi padre ha llegado de las
minas.
Por la
noche, Caesar Flickerman ha anunciado por la televisión que mañana tendrá lugar
la esperada primera entrevista con la vencedora de los Juegos, Silk Caudin. He escuchado
el anuncio como algo lejano, ajeno a mí. Su voz ha sonado hueca en mi cabeza.
Ahora solo
me preocupa cómo vamos a vivir hasta que en el Capitolio decidan cómo hacernos
sufrir un poco más.
Me encanta! Echaba de menos tus relatos Kationak!
ResponderEliminarMe gusta mucho el icono que le as puesto al ratón ¿como se hace?
Bss
P.D: He renovado en Wonderland!
hola Ninaaa! cuánto tiempo sin noticias tuyas!
Eliminarjaja pues el sinsajo del ratón lleva desde el principio de los tiempos, creo que fue lo primero que hice con el blog! xD
mira, métete en esta página: www.cursors-4u.com
hay montones de iconos!!! :D
ahora me paso por Wonderland! un besoooo :)
Ops, es quue voy perdiendo la cabeza!
EliminarMil grACIAS!
Genial Kationak! Te echaba de menos; y a tus capítulos.
ResponderEliminarGenial el capi, sigue así :)
Muchisimas gravias! ^^ me encanta ver que sigues pasandote por aqui!
EliminarUn beso :)
Que bueno Kationak, siento no haber comentado antes, ando muy liada :) Bueno espero el siguiente, ya lo sabes ;)
ResponderEliminarAndreaaa! No te preocupes en absoluto! Yo también estoy que no paro, y también tengo que pasarme por tu bloooog!!! ;)
EliminarUn besooo
holaaaa muy bueno el capitulo... muy interssantes esos detalles de la vida de katniss de niña... me encanta como lo relatas... y como katniss siempre esta cuidando a prim... precioso
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias Luciana! Me encanta leer tus comentarios! :D
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