jueves, 11 de octubre de 2012

Capítulo 19




Sábado, 23 de octubre. Año 69 después de los Días Oscuros

Después de más de tres meses sin suministros, el Distrito está muriendo de hambre. Desde que volvimos a la rutina de la escuela tres niños de mi curso ya han sucumbido a las redes de la inanición.
No puedo soportarlo, las caras de la gente están más demacradas que de costumbre, las costillas se dibujan a través de las ropas y los voluntarios corren por las calles del Distrito con las camillas para transportar a los convalecientes.
Prim llega llorando todos los días, mi madre pierde los nervios constantemente, y aunque mi padre y yo nos escapamos al bosque en cuanto tenemos ocasión, cada vez tenemos menos motivos para sonreír. Por eso ansío los fines de semana, para poder encerrarme en mi casa, no tener que salir a la calle, no tener que ir a la escuela y no enfrentarme a esta realidad.

Para matar el tiempo ayudo a mi padre a tallar sus arcos. Me siento en el suelo de nuestra cocina y lo observo con detenimiento, fijándome en el inmenso cuidado que pone al limar cada curva, cada borde.
Es como entrar en un estado de hipnotismo que me hace evadirme de todo lo demás. Sus manos se mueven sin dudar, conociendo perfectamente qué partes de la blanda madera debe trabajar. Mi parte favorita es cuando después de horas se levanta de la silla, con una mano aleja la pieza y la mira con expresión indescifrable hasta que da el visto bueno. Entonces es cuando coloca la cuerda: la ata con sumo cuidado, la tensa, y finalmente la pellizca levemente con el dedo, como si fuera un instrumento musical. Y empieza a vibrar. Es un sonido muy suave, casi imperceptible, pero despierta todos y cada uno de mis sentidos. Me hace pensar en los días de caza y durante esos breves momentos soy feliz.

De vez en cuando me pide que le acerque algún cuchillo, la lima, o me manda a la Pradera a buscar ramas jóvenes y flexibles para tallarlas. Pero la mayoría del tiempo le dejo trabajar sin molestarle.

Sus arcos son verdaderas obras de arte. Algunos son de madera oscura de roble, otros están fabricados con la blanca y flexible madera de los abedules; los más especiales tienen grabados de todo tipo: dibujos abstractos, puntas en espiral, curvas imposibles. Pero su favorito es un enorme arco negro, rígido, fuerte y preciso, que tiñó con el polvo de carbón que cubre la Veta.

Tiene hasta quince piezas, pero no guarda ninguno en casa una vez están terminados. Los lleva todos al bosque y los esconde en los troncos huecos de los árboles. Sin duda, allí están mucho más seguros… y nosotros también. No quiero pensar qué pasaría si los agentes de la paz hiciesen una redada y encontrasen tantas armas juntas en una casa de la Veta.


Aunque me encanta ver trabajar a mi padre, hoy he decidido explorar mi propia casa. Vale, no es muy grande, pero nuestros armarios y cajones esconden tantas cosas que es difícil haberlo visto todo.
Empiezo por la habitación que compartimos Prim y yo. No hay mucho donde escoger: el mobiliario se limita a la vieja y enorme cama con estructura de latón en la que dormimos juntas, un espejo desgastado, y un antiguo armario con patas. Abro las puertas de este último y me siento en el suelo mientras voy sacando lo que contiene.
Encuentro un montón de dibujos de cuando yo era más pequeña. Creo que no dibujo mal, es más, algunos son bastante decentes. En muchos de ellos salimos mis padres, mi hermana y yo en distintos escenarios. En otros hay animales de los que se pueden ver por el Distrito: perros callejeros, gatos, cabras, cerdos. Pero uno me llama especialmente la atención. Está muy arrugado, y alguna gotera ha hecho que se estropee el color, pero se ve claramente la figura de un pájaro con las alas extendidas, tapando el sol naranja con su vuelo. Es bonito, así que cuando vuelvo a guardar el taco de papeles, coloco este dibujo el primero, sobre todos los demás.

Sigo revolviendo entre el barullo de objetos que hay en el fondo del armario, pero no encuentro nada más que me llame la atención. Cierro las puertas y me dirijo hacia mi próximo destino: la habitación de mis padres.

Es mucho más bonita que la nuestra. Tiene las paredes pintadas de azul cielo y está decorada con lujosos aunque viejos muebles que mi madre se trajo de su antigua casa en el barrio de comerciantes. Hay un precioso tocador con brillo nacarado que me devuelve mi imagen; la cama está coronada por un cabecero de hierro negro con flores, y al lado hay un enorme armario que llega hasta el techo. Pero lo que capta mi atención, igual que siempre lo ha hecho, es la cómoda de madera rojiza que hay bajo la poyata de la ventana. Tiene cuatro cajones, pero los que de verdad me interesan son los dos últimos. Mi madre nunca me ha dejado abrirlos y precisamente por eso siento un irrefrenable deseo de ver qué contienen.
Agarro con mi mano uno de los tiradores dorados. El cajón se desliza suavemente emitiendo un leve crujido. Lo abro completamente y el olor a cerrado me hace toser. Lo primero que encuentro es una fotografía de la boda de mis padres. Aunque he visto mil veces la que hay en la repisa de la chimenea de la cocina, esta me sorprende. Es distinta. Se ve la Pradera, la hierba luce fresca y verde, y montones de flores amarillas salpican la escena. Mi padre va vestido con un sencillo traje azul oscuro, está agachado y sostiene delicadamente la mano de mi madre. Ella está sentada de lado, vistiendo una preciosa túnica rosada que cae con gracilidad sobre su cuerpo. Está muy guapa. Ambos se miran con ternura. La verdad es que viendo está imagen sería imposible decir que no están profundamente enamorados.

Dejo la fotografía con cuidado en el cajón, y sigo indagando entre las suaves telas que cubren el fondo hasta dar con algo pequeño, duro y frío. Es una llave del mismo color dorado envejecido que los tiradores de la cómoda. Tras analizarla un momento, desvío mi mirada hacia el cuarto cajón, y veo la cerradura.
Como si fuese de cristal, dirijo con inmensa delicadeza la llave hacia la ranura. Encaja perfectamente, y con un par de vueltas suena un clic que me indica que el cajón está abierto. No sé por qué, pero el nerviosismo empieza a invadirme, así que trato de tranquilizarme con todas mis fuerzas.

Respiro hondo y tiro. Lo que veo en un principio me decepciona. Solo hay más telas suaves y brillantes. Sin embargo, después de una segunda mirada intuyo una forma. Es completamente regular, como una caja, pero está cubierto por un trapo blanco que lo envuelve por completo. Lo tomo en mis manos. Pesa y es bastante grande, aunque si se trata de una caja debe tener muy poco fondo, tiene alrededor de cinco centímetros de profundidad.

Me estoy poniendo más nerviosa, no sé lo que es esto, pero quiero averiguarlo. Desenvuelvo la tela que lo protege, y me llevo una pequeña sorpresa al ver el contenido. No es una caja, sino un libro, enorme, viejo y desgastado. Una densa capa de polvo tapa la portada.

Soplo levemente y paso el dorso de la mano por la superficie…

- ¡Katniss! – la voz alterada de mi madre me sobresalta - ¿Qué estás haciendo? ¡Sabes de sobra que no debes mirar en esos cajones!

Estaba tan concentrada en mi descubrimiento que no la había oído llegar. Con urgencia, me arrebata el libro de las manos y cierra el cajón de un golpe. Me empuja hacia fuera de la habitación mientras murmura un torrente de palabras que creo que van dirigidas a mí.

Sin embargo, no logro concentrarme en lo que dice, ya que mi mente está en otro sitio. Justo antes de que me quitase el libro me dio tiempo a leer las dos únicas palabras que había en su portada:

Familia Mellark





16 comentarios:

  1. ¿QUÉ? ¿FAMILIA MELLARK?
    DIOOOOS KATIONAK ME HAS MATADO DE INTRIGA, ¡QUIERO SABER QUE PASA!
    Madre mía, el capítulo ha estado increíble ^-^
    Un besoo

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    1. guau guau guau incredible

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    2. verdad que si??????

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    3. Jajaja muchas gracias! Creo que esta vez tardaré menos en publicar el siguiente, porque sino se me van las ideas!
      Creo que esta parte de la hisoria os gustará :)

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    4. Que sigue dios mio , como nos dejas con esa incertidumbre ?? sisgue sigue

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  2. un capitulo estupendo!!!!!!!!!!

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  3. AAAAAAAAAA LO VES?TUS CAP NO PUEDEN SER MAS INTERESANTES SE ME HA HEXO HIPERCORTOOO!!.K INTRIGA K HABRA PASADO??AHORA ME HAS DEJADO CON LA DUDA,ESTARAS CONTENTA.
    Sigue asi y no dejes de escribir ni na eee.
    Un beso,Eva

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    1. Jo Eva, muchísimas gracias! :')
      El siguiente lo publicaré muy pronto para que no os quedeis mucho tiempo pensando en la Familia Mellark jajaja
      Un beso!

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  4. DIOS ... QUE TE GUSTA HACERNOS SUFRIS A TUS LECTORES!!!!!!!!.... ES UN CAPITULO LINDISIMO.... GENIAL... Y LA PARTE FINAL ES PARA MORIRSE DE DESESPERACION.... POR FAVOR NO DEMORES MUCHO AL PUBLICAR EL SIGUIENTE... NO ME QUEDAN UÑAS QUE COMERME

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    1. Mil gracias Luciana! Espero tener el siguiente pronto, porque veo que os habéis quedado con la intriga :)
      Un beso! :)

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  5. El capítulo genial no................EXCELENTE,PERFECTO!!
    De verdad que esperaba este capítulo,y me ha gustado muchísisisimo
    Por supuesto me intriga un montón lo de "Familia Mellark" y espero que lo descubramos pronto! Un besazo enorme!

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    1. Gracias gracias gracias por mil, Carol ^^
      quería darle un poco de emoción al asunto, y creo que lo he conseguido :)
      El significado del libro lo sabréis muy pronto, no quiero que pase tanto tiempo como la última vez.

      Un besoooooo :D

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  6. Menos mal que sigues escribiendo !
    A ver, eso de familia Mellark me ha dejado un poco extrañada :O
    Tendras que ponerte a escribir y publicar tan pronto como puedas :) ¿Que será será? :O

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  7. Por favorrrr!!!! Quiero saber q decia el librrooooo. La mama de Katniss y el papa de Peeta habran sido novios??? jajaja

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  8. WOow por dioooos!!! Debes de seguir! QUiero saber que es eso de la familia Mellark, también quisiera que saliera un poquito mas Peeta, pero porfavoor siguele llevas meses sin escribir como es eso posible?
    AMo esta historia, continuala pronto porfavoor

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